lunes, 20 de abril de 2020

OdlM 20 de abril de 2020

Un hombre se ofreció a llevar en coche a un ciego a un poblado vecino. Tenían para eso que atravesar una zona desierta. Ocurrió que durante el viaje el coche se estrelló al salirse de la carretera. Quedó como un acordeón y el conductor se rompió la pierna. Herido como estaba, necesitaba la atención de un médico. Angustiado, se preguntaba:
- ¿Qué va a ser de mí ahora que estoy con un ciego?
Sin embargo el ciego se ofreció para llevarle a cuestas, mientras él le indicaba el camino.
Así los dos llegaron al poblado, donde pudieron ser atendidos.

¿No será que, a veces, consideramos que los demás "no nos son útiles" y en realidad los has puesto en nuestro camino Dios para que nos ayuden? ¿Salvamos a los que nos rodena o nos dejamos salvar? 

Como cada lunes, rezamos la oración de San Francisco. Feliz día y feliz semana. 

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