Jesús sorprendió con sus palabras y sus obras a aquellos que lo escucharon, tal y como nos cuenta el Evangelio de hoy. No se podía meter vino nuevo en odres viejos. Era preciso romper primero los odres viejos para que se pudiera acoger la novedad. Y nosotros, ¿rompemos los esquemas y nos sentimos llamados a actuar contracorriente cuando es necesario? Para más recursos pincha en la imagen
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